Calidad: ¿cumplimiento obligatorio o estrategia competitiva?

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Un factor clave para encaminarse al desarrollo sostenible y a la innovación

Las normas más estrictas se asocian a menudo con una mayor protección del consumidor y una mejor calidad de vida. Esta correlación no es inequívoca, ya que ni los mercados ni la regulación gubernamental funcionan perfectamente. Esto es especialmente cierto para los países en desarrollo y emergentes. En este sentido, nos preguntamos cómo se puede alinear la infraestructura de la calidad de un país de tal manera que pueda contribuir de la mejor manera posible al desarrollo económicamente sostenible y a la calidad de vida de sus ciudadanos en contextos desafiantes.

Inversión en calidad

Desde el punto de vista de las empresas, las inversiones en calidad deben considerarse, en primer lugar, desde una perspectiva de coste-beneficio, ya que el esfuerzo necesario para establecer un sistema de gestión de la calidad y también los costes de las certificaciones, las calibraciones y las pruebas deben cubrirse con ingresos adicionales. Si los clientes no exigen una calidad específica o si las diferencias de calidad entre los productos y los proveedores de servicios de diferentes fabricantes no son visibles, no tiene mucho sentido invertir en calidad. En este último caso de falta de transparencia, incluso los proveedores de mayor calidad son expulsados del mercado debido a la no remuneración de sus inversiones de calidad (Akerlof 1978).

 Este problema puede superarse, al menos parcialmente, mediante normas voluntarias. Cuando las empresas etiquetan sus productos con características específicas, ofrecen a los consumidores una opción que recompensa la inversión en calidad. Algunos ejemplos son las certificaciones que indican la producción ecológica o el comercio justo de un producto alimentario. El auge de las normas voluntarias de sostenibilidad (VSS según sus siglas en inglés) confirma el atractivo de este enfoque (Meier et. al. 2021).

La inversión en la gestión de la calidad es siempre necesaria cuando los clientes tienen requisitos de calidad específicos. Esto se aplica a menudo a la exportación de productos (vea ONAC 2022) y servicios, donde el exportador debe cumplir tanto los requisitos legales del país de destino como los del socio comercial. Lo mismo ocurre con los proveedores de las grandes empresas en el mercado nacional y también, cada vez más, en la contratación pública en el mercado nacional, donde también deben cumplirse criterios de calidad específicos. En todos estos casos, las inversiones en la gestión de la calidad tienen sentido desde una perspectiva puramente empresarial.

Gestión de calidad en las Mipymes

El uso de normas y la gestión de la calidad también contribuyen a reducir los costes de la empresa. En una entrada anterior del blog (Harmes-Liedtke, U. 2021), me refería al gurú de la calidad Philip Crosby, para quien los costes de la no calidad son fundamentalmente más altos que los de la gestión de la calidad. Sin embargo, en un estudio empírico encontramos que muchas Mipymes de América Latina carecen de conocimiento y práctica para medir los costes de la no calidad, por lo que tienden a exagerar los costes de la certificación. Resultando en la abstención y la discontinuidad del uso de los sistemas de gestión de calidad certificados.

Los programas gubernamentales de promoción de la calidad en las empresas pueden ayudar a superar la subutilización e ineficiencias de la gestión de la calidad en beneficio de las Mipymes.

Tipos de normas y sus funciones económicas

Tipo de
Efectos positivos
Efectos negativos
Compatibilidad e interoperabilidad
+ Externalidades de la red
+ Evitar el bloqueo (lock-in)
+ Aumentar la variedad
+ Eficiencia en las cadenas de suministro
– Poder monopólico
Calidad mínima y seguridad
+ Evitar la selección adversa
+ Reducir los costes de transacción
– Aumentar los costes de los rivales
Reducción de la variedad
+ Economía de escala
+ Masa crítica en industrias que arranquen
– Reducción de la capacidad de elección
– Concentración del mercado
Información
+ Facilitar el comercio
+ Reducir los costes de transacción
– Aumento de los costes del rival

Fuente: Blind (2004)

Las empresas avanzadas utilizan la normalización para obtener una ventaja competitiva a través de la innovación. En este sentido, es significativa la familia de normas ISO 56000 publicadas sobre la gestión de la innovación. En el verano de 2019, la Organización Internacional de Normalización (ISO) publicó la primera norma mundial para la gestión de la innovación y un sistema de gestión de la innovación, en pocas palabras: la norma ISO 56002. La norma apoya a las empresas en el uso de las innovaciones de forma segura y eficiente para aumentar el valor. Actualmente, la norma no es obligatoria y se basa en los principios de la gestión de la innovación. En la norma ISO 56002, se describen siete dimensiones como estructuras necesarias: Contexto organizativo, liderazgo, planificación, apoyo, procesos, medición del rendimiento y mejora.

Además, muchas Mipymes se enfrentan al mismo problema de medir los costes de la no calidad, ya que también les resulta difícil evaluar los beneficios de los sistemas de gestión de la innovación ex ante. También en este caso, los programas de apoyo adecuados pueden proporcionar más transparencia y reducir los costes de transacción.

Hasta ahora, hemos discutido principalmente la importancia y las ventajas del uso voluntario de las normas. Además, los gobiernos utilizan normas técnicas obligatorias para proteger la salud y la seguridad de los consumidores y del medio ambiente. La protección de estos objetivos legítimos está en consonancia con las normas de libre comercio de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Sin embargo, el talón de Aquiles de estas normas obligatorias es su control. Si las capacidades del Estado en materia de vigilancia del mercado son limitadas, existe una ventaja para las empresas que se ahorran los costes de la evaluación de la conformidad mediante el incumplimiento. Especialmente las empresas del sector informal, que domina en los países en desarrollo y emergentes, se verían favorecidas, lo que podría limitar aún más la formalización de la economía.

Un aspecto interesante es que en Colombia el cumplimiento de las normas de los productos (como los certificados de sanidad y el cumplimiento de las normas ICONTEC) se considera uno de los cuatro tipos de formalización de las empresas. Así, el 73% de las empresas no tiene licencia sanitaria y el 92% no tiene certificación de calidad (Fernández 2020).

¿Cuáles son las formas de salir de este efecto indeseable de la regulación estatal?

 

En primer lugar, deben aumentarse los incentivos para el cumplimiento voluntario de las normas de calidad. Esto puede lograrse informando y asesorando a las empresas. Al mismo tiempo, también se debe informar a los consumidores para que puedan evaluar las diferentes características y calidades de los productos.

Asimismo, el objetivo debe ser el lograr que la vigilancia del mercado sea más eficaz y eficiente. Para ello, las Buenas Prácticas Reglamentarias (GRP según las letras en inglés) se inclinan por una

limitación de la reglamentación técnica a los productos que suponen un riesgo especialmente elevado para la salud y la seguridad de los consumidores. También se necesita contar con un número suficiente de inspectores competentes e instalaciones de ensayo para garantizar la necesaria vigilancia del mercado y se debe dar a las empresas la libertad de innovar en la forma de cumplir los requisitos.

Por último, los proveedores de servicios de mejora de la calidad deben esforzarse por ofrecer sus servicios de forma rentable. La competencia ordenada entre los diferentes proveedores de servicios acreditados de evaluación de la conformidad es propicia en este caso. En este sentido, la digitalización de la IC ofrece la posibilidad de un importante ahorro de costes.

En definitiva, los servicios de IC se dirigen a los emprendedores que siguen el paradigma de la mejora continua y buscan constantemente nuevas oportunidades de negocio. Para ellos, los beneficios de la innovación y la gestión de la calidad deben ser claramente visibles. Al final, su éxito también depende de unos clientes informados y exigentes con la calidad. En este sentido, es necesario un enfoque sistémico para el desarrollo ulterior de la Infraestructura Nacional de Calidad.

Referencias:

Akerlof, G. A. (1978/1987). «El mercado de» limones»: incertidumbre en la calidad y el mecanismo de mercado.» Cuadernos económicos de ICE(36): 37-48.

Blind, K. (2004). The economics of standards. Cheltenham, Elgar

Fernández, C. (2020). Informalidad empresarial en Colombia. Bogotá, Fededesarrollo.

Meier, C./ Schlatter, B/ Willer, H. (2021), «The State of Sustainable Markets 2021», e publication, https://digital.intracen.org/state-sustainable-markets-2021/state-of-sustainable-markets-2021/

Harmes-Liedtke, U. (2021), ¿La calidad es realmente gratuita? Blog: Charlas con Ulrich https://onac.org.co/blog-de-ulrich/la-calidad-es-realmente-gratuita/

ONAC (2022) Estudio sobre el uso de certificaciones acreditados por ONAC por parte de empresarios colombianos en mercados internacionales, Bogotá, https://onac.org.co/publicaciones-brochures-y-gacetas/publicaciones/estudio-mla/

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