A medida que 2025 se convierte en 2026, miro atrás a una década turbulenta y miro hacia adelante hacia lo que pueda venir. Con solo cinco años para la fecha límite de 2030 para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya me queda claro que muchos de los objetivos acordados no se alcanzarán, mientras que el orden internacional basado en normas está bajo presión y las rivalidades estratégicas entre grandes potencias establecen cada vez más el marco para los desarrollos globales.
Por ello, en este blog, pregunto qué tipo de futuros deberían preparar activamente el mundo —y en particular los responsables de la infraestructura de calidad— para los que se preparan activamente. Deliberadamente miro más allá del horizonte ODS hacia 2035, un periodo que extiende los ciclos actuales de planificación pero que aún es lo suficientemente cercano como para derivar opciones concretas de acción en la infraestructrura de la calidad (IC) actual. Mis reflexiones están dirigidas a los actores de organizaciones de IC nacionales, regionales e internacionales, así como a líderes políticos y económicos de todos los niveles que ya ven, o deberían empezar a ver, la IC como una palanca estratégica en un mundo cada vez más incierto.
Marcos de Previsión
Hasta la fecha, las organizaciones responsables de infraestructuras de la calidad (IC) han tenido muy poca experiencia abordando sistemáticamente opciones de futuro que vayan más allá del ámbito de la estrategia y los procesos de planificación.
Un ejemplo de esto es el Marco de Normalización de Prospectiva, publicado por la Secretaría Central de la ISO en 2022 [1]. Diseñado para ayudar a la comunidad ISO a monitorizar tendencias globales, este marco apoya el logro de los objetivos y prioridades establecidos en la Estrategia ISO 2030. Analizan los factores que impulsan el cambio en las áreas de la sociedad, la tecnología, el medio ambiente, la economía, la política y la ciencia (STEEPS según sus letras en inglés), y su impacto en el trabajo de normalización. Estos incluyen la emergencia climática, tecnologías aceleradas y convergentes, cambios en las dinámicas geopolíticas y económicas del poder, cambios demográficos y preferencias cambiantes de los consumidores. El objetivo final del marco es obtener una comprensión más profunda del contexto en el que operamos, permitiendo a ISO satisfacer eficazmente las necesidades de las economías emergentes y contribuir a la construcción de un futuro más sostenible.
Técnica de escenarios futuros
En este punto, recuerdo la técnica de escenarios futuros desarrollada por Shell a principios de los años 70 para abordar las consecuencias de la crisis petrolera [2]. Esta técnica consiste en crear narrativas sobre el futuro que presenten a los responsables posibles cursos de acción en lugar de hacer predicciones. La pregunta central es: ¿y si los factores de ‘qué pasaría si’ que ya son visibles hoy se desarrollaran de formas diferentes? En este sentido, el método abre una variedad de posibilidades para diversos futuros potenciales a los que los actores pueden adaptarse creando cursos de acción adecuados.
El Instituto Fraunhofer de Investigación de Sistemas e Innovación (Fraunhofer ISI), parte de la Sociedad Fraunhofer para la Promoción de la Investigación Aplicada (FhG) en Alemania, y uno de los institutos líderes en investigación sobre innovación en Europa, ha publicado este año un análisis de escenarios sobre el impacto de la digitalización en la infraestructura de calidad (IC) en alemán [3]. El equipo de investigación me consultó como experto. El estudio examina cómo cuatro factores clave — el pasaporte digital de productos (DPP), la inteligencia artificial (IA), la geopolítica y las funciones y actores en evolución de la IC — podrían afectar a la IC para 2035. Utilizando un método estructurado de escenarios con expertos en IC, los autores desarrollaron cuatro escenarios futuros:
- Un escenario ‘azul’, en el que un DPP fiable, interoperable y una IA transparente y certificada apoyan el cambio ecológico y el comercio orientado a los ODS.
- Un escenario ‘púrpura’ de formación de bloques y ‘guerra económica fría 2.0’, en el que estándares fragmentados y IC digital se utilizan como armas geoeconómicas.
- Un escenario ‘rojo’, en el que guerras y amenazas cibernéticas hacen que la IC ‘vuelva a lo básico’ y ralentice la digitalización.
- Un escenario ‘verde’, en el que poderosas empresas de plataformas y soluciones sectoriales dominan la IC, lo que conduce a mercados fragmentados y un uso parcialmente incontrolado de la IA.
En los cuatro escenarios, la interacción entre las tecnologías digitales, las tensiones geopolíticas y el desarrollo interno de las instituciones de IC se presenta como crucial para la inclusión, sostenibilidad y resiliencia de los futuros sistemas de IC.
El mensaje clave del estudio es que la digitalización, la ciberseguridad robusta y el desarrollo estratégico de nuevas alianzas y asociaciones son requisitos indispensables para una IC sostenible. El estudio identifica al DPP como un posible ‘gemelo digital’ y piedra angular para modelos de transparencia, confianza y economía circular. Sin embargo, señala que el éxito del DPP depende de la facilidad de uso, la interoperabilidad y medidas robustas de ciberseguridad para evitar la creación de nuevas vulnerabilidades. El estudio también subraya que los actores de la IC no pueden controlar megatendencias como la IA y la geopolítica, sino que deben posicionarse proactivamente construyendo coaliciones con socios públicos, privados e internacionales; combinar transformación digital con opciones de contingencia, incluyendo alternativas analógicas; y en la inversión en una comunicación visible que genere confianza con las partes interesadas. En general, los escenarios sugieren que la IC podría convertirse en un facilitador importante del comercio global sostenible y respaldado digitalmente, o bien derivar en arquitecturas fragmentadas, inseguras e instrumentalizadas políticamente. Esto dependerá de cómo se utilicen estas tres palancas durante los próximos diez años.
Escenarios desde la perspectiva de un país en desarrollo
Ambos estudios aportan valiosas perspectivas que merecen una mayor consideración en el contexto del desarrollo de infraestructuras de calidad en medio del cambio global y la incertidumbre. Sin embargo, falta una visión de futuro que se centre explícitamente en opciones aplicables para países en desarrollo y emergentes. La transformación y las incertidumbres del sistema comercial internacional afectan de manera diferente a los países del Sur Global. Estos países son mucho más vulnerables y dependen de la cooperación internacional.
En este contexto, creo que es necesario desarrollar escenarios futuros desde la perspectiva de las organizaciones de IC en estos países. Los escenarios futuros deberían girar en torno a un pequeño conjunto de factores y preguntas «estructurantes» que determinen tanto la vulnerabilidad como el margen de maniobra. El trabajo de previsión de la ISO muestra cómo las tendencias globales en la sociedad, la tecnología, el medio ambiente, la economía, la política y la ciencia interactúan y crean presiones convergentes, mientras que el estudio de tendencias de Fraunhofer subraya cómo los pasaportes digitales de productos, la IA, la geopolítica y la evolución de los actores de la IC se vuelven decisivos para las opciones futuras.
Para el Sur Global, estas mismas fuerzas están presentes, pero la exposición y la capacidad adaptativa varían: la dependencia de las preferencias comerciales, el espacio fiscal limitado, las brechas tecnológicas y una alta dependencia de la cooperación internacional hacen que el trabajo de escenarios sea especialmente importante para los responsables de la IC.
Factores clave para los escenarios de IC de GlobalSouth
Desde una perspectiva del Sur Global, la posición en un sistema comercial fragmentado se convierte en una incertidumbre fundamental: dependiendo de si el mundo se inclina hacia una globalización abierta y verde o hacia bloques duros e interdependencia armada, el acceso a los mercados de exportación, el reconocimiento de los servicios nacionales de IC y el coste de cumplimiento para las empresas locales pueden mejorar o deteriorarse bruscamente. Las preguntas clave son si los exportadores se enfrentarán a un conjunto amplio de requisitos digitales y de sostenibilidad, o a varios regímenes incompatibles, y hasta qué punto los MLAs/MRAs regionales y los estándares armonizados pueden compensar el debilitamiento de las normas comerciales multilaterales. Estrechamente vinculado está el acceso y la gobernanza de las tecnologías de IC digital: los escenarios de Fraunhofer subrayan cómo los DPP, la IA y los espacios de datos pueden permitir la participación en cadenas de valor circulares y ricas en datos o excluir a actores más débiles mediante altos costes de entrada, complejidad técnica y plataformas cerradas. Aquí, importa quién controla la DPP principal y las plataformas de datos en las cadenas de valor clave (grandes bloques importadores, empresas globales de plataformas o iniciativas regionales), y si los organismos de IC en el sur pueden influir en las normas de IA en pruebas, inspección y certificación, o si siguen siendo simples «tomadores de estándares» para sistemas privados opacos.
Un tercer factor es la dependencia de la cooperación y la financiación externas, ya que muchos sistemas de IC en países de ingresos bajos y medios dependen del apoyo a largo plazo de socios para el desarrollo para laboratorios, acreditación, formación y herramientas digitales. Esto plantea preguntas sobre la estabilidad de la financiación de organizaciones como la ONUDI, el PTB y el Banco Mundial bajo diferentes futuros geopolíticos y económicos, y sobre si los bancos regionales de desarrollo o las alianzas Sur-Sur pueden intervenir si los donantes tradicionales repriorizan sus agendas.
Igualmente importante es el modelo de desarrollo nacional y la estrategia industrial, ya que la vía de integración elegida en las cadenas de valor globales —ya sea a través de materias primas, manufactura de bajo coste, servicios o industrialización verde— determina qué capacidades de IC son estratégicas y cuán vulnerable es el sistema a choques externos. En este sentido, es fundamental preguntarse si los gobiernos ven la IC como una infraestructura central para la política industrial verde y digital o simplemente como un servicio técnico limitado, y cuánta influencia tienen las organizaciones de IC a la hora de definir normas y regímenes de conformidad que apoyen la modernización local en lugar de simplemente importar requisitos externos.
Dado el énfasis de la ISO en el cambio demográfico y la naturaleza cambiante del trabajo, el capital humano, la fuga de cerebros y las capacidades organizativas emergen como otro tema decisivo para las instituciones técnicas especializadas del Sur. Las preguntas centrales son si los organismos de IC podrán atraer y retener suficientes metrólogos, evaluadores y especialistas digitales cualificados, o si dependerán cada vez más de la experiencia extranjera y servicios importados, y cómo el trabajo remoto, los flujos laborales en plataformas y la migración transformarán las carteras de talento.
A esto se suma la emergencia climática, la presión de recursos y la vulnerabilidad local, ya que muchos países en desarrollo están simultáneamente muy expuestos a los impactos climáticos y buscan utilizar los estándares como puertas de entrada a la financiación climática y a los mercados verdes. La previsión aquí debe considerar cómo los choques climáticos podrían alterar la infraestructura física de IC y la capacidad de pruebas, y si los sistemas de IC pueden apoyar a las economías locales en la captación de oportunidades en energías renovables, resiliencia y modelos de negocio circulares, en lugar de permitir que los nuevos estándares relacionados con el clima se consoliden como barreras adicionales.
Por último, el equilibrio de poder entre la IC pública y los actores privados/plataforma es crucial: los escenarios de Fraunhofer muestran futuros en los que las empresas tecnológicas y TIC globales dominan funciones similares a IC, lo que podría dejar de lado a las instituciones públicas y regionales. Esto plantea preguntas sobre si las multinacionales y plataformas establecerán esquemas de garantía de facto que la IC nacional debe seguir, o si la IC pública puede co-definir las normas de datos, interoperabilidad y transparencia, y cómo los reguladores pueden evitar que los esquemas orientados al lucro socaven el rigor técnico y los objetivos de interés público más amplios.
Conclusiones
Los enfoques de previsión (forecasting) pueden ayudar a reposicionar la IC más allá de la actual Agenda ODS: en lugar de reaccionar a las crisis, las comunidades de IC pueden utilizar escenarios, análisis de horizontes y análisis de tendencias para comprobar si sus instituciones, estándares y modelos de cooperación son sólidos bajo combinaciones muy diferentes de digitalización, política climática y cambio geopolítico.
Las experiencias del marco de previsión de ISO y los escenarios de la IC de Fraunhofer ISI muestran que estos procesos funcionan mejor como ejercicios colectivos, reuniendo institutos de metrología, organismos de normalización, organismos de acreditación, reguladores y socios de desarrollo para descubrir puntos ciegos y replantear MRAs y MLAs, estándares básicos y desarrollo de capacidades a la luz de los objetivos de desarrollo a largo plazo.
Desde la perspectiva de las organizaciones de la IC en el Sur Global, el valor añadido de la previsión reside en hacer que su «espacio futuro» sea más tangible y, con ello, su propia agencia. Al preguntar explícitamente bajo qué futuros son principalmente responsables de reglas y bajo los cuales pueden convertirse en modeladores de reglas, qué combinaciones de orden comercial y arquitecturas digitales crean oportunidades o sobrecarga, qué alianzas realmente construyen resiliencia, qué capacidades mínimas digitales y de ciberseguridad deben asegurar, y cómo la cooperación internacional puede convertirlos en codiseñadores en lugar de receptores, pueden identificar elecciones estratégicas que se mantienen a lo largo de múltiples vías para 2035. En este sentido, integrar la previsión en las discusiones sobre IC no es un complemento de lujo a la Agenda post-ODS, sino una forma práctica para que los países vulnerables naveguen por la incertidumbre y aun así ayuden a moldear una infraestructura global de calidad más inclusiva y sostenible.
Referencias
- International Organization for Standardization. (2022). Marco de previsión de estandarización ISO: Informe de tendencias 2022, Ginebra[↩]
- Royal Dutch Shell (2013). 40 años de escenarios de casquilla. Shell International.[↩]
- Fraunhofer ISI (2025). Die Bedeutung der Qualitätsinfrastruktur: Studie zu wirtschaftlichen und nicht-wirtschaftlichen Wirkungen sowie Trendstudie Digitalisierung. (La importancia de la infraestructura de calidad: estudio sobre efectos económicos y no económicos y estudio de tendencias en digitalización). Informe final, Karlsruhe/ Berlín/ Alemania[↩]