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Análisis del Índice de Infraestructura de Calidad para el Desarrollo Sostenible 2024: ¿cómo está Colombia?
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Análisis del Índice de Infraestructura de Calidad para el Desarrollo Sostenible 2024: ¿cómo está Colombia?

La infraestructura de la calidad (IC) se entiende como un arreglo institucional que establece un país para garantizar la calidad, seguridad e idoneidad de los bienes y servcios. Este entramado de instituciones, normas y servicios de metrología, normalización, acreditación y evaluación de la conformidad es cada vez más reconocida como un motor de desarrollo sostenible y competitividad. El desarrollo y sofisticación de la IC, facilita el comercio internacional, promueve la innovación y protege a consumidores y al ambiente, todos factores estrechamente ligados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) .

Para medir hasta qué punto los países cuentan con esa capacidad, la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) creó en 2022 el Quality Infrastructure for Sustainable Development Index (QI4SD). Su segunda edición, publicada en noviembre de 2024, evalúa 155 economías mediante un indicador compuesto construido a partir de 38 variables distribuidas en cinco dimensiones de la IC: metrología, normalización acreditación, evaluación de la conformidad y política de calidad . Cada dimensión se vincula a los tres pilares de los ODS —People, Planet y Prosperity— para mostrar cómo la IC apoya metas sociales, ambientales y económicas.

Metodológicamente, el índice sigue las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y Joint Research Centre para indicadores compuestos: depuración de datos, normalización a escala 1-100, ponderaciones uniformes y requisito de al menos 60 % de cobertura por dimensión. En la edición 2024 se incorporaron refinamientos en varios indicadores, ampliando la lista original de 36 a 38 y ajustando la forma de puntuar a países atendidos por organismos multilaterales de acreditación.

Ahora bien, para llevar a cabo el análisis de los resultados del país, el QI4SD cuenta son un set de datos que permiten realizar comparaciones útiles dado diferentes criterios como se describen en la Tabla 1.

Tabla 1 : Criterios de comparación en el QI4SD

Criterio de comparación

¿Qué abarca?

¿Para qué sirve?

Mundo

Las 155 economías incluidas en la edición 2024.

Permite ubicar el desempeño absoluto de un país dentro del universo global.

Región

Agrupa países según la clasificación geográfica de la ONU; en el caso colombiano, América Latina y el Caribe (LAC).

Facilita contrastar políticas y resultados con vecinos que comparten marcos regulatorios y retos comerciales similares.

Grupo L

Economías con PIB entre USD 100 000 millones y 1 billón (medido por el Banco Mundial, 2023). Es uno de los cuatro grupos S-M-L-XL definidos por el índice.

Permite ver si el tamaño de la economía condiciona la madurez de la infraestructura de la calidad.

Ingreso

Categorías de ingreso del Banco Mundial; Colombia se ubica en ingreso medio-alto.

Ayuda a distinguir si el nivel de ingresos de un país explica las brechas de calidad.

Fuente: Construcción Propia basado en el QI4SD

En este orden de ideas, la Ilustración 1 resume el puntaje global y el perfil de Colombia vistos a través de esos cuatro criterios. El puntaje global es de 55,4/100, valor que combina 38 indicadores distribuidos en cinco dimensiones (metrología, normalización, acreditación, evaluación de la conformidad y política de calidad). Dentro del posicionamiento a nivel mundial, Colombia se sitúa en el puesto 36 de 155 países analizados, lo que confirma que la IC está por encima de la media mundial pese a ser una economía emergente. En región de Latinoamérica y el Caribe (LAC), el país ocupa el tercer puesto entre 27 países, lo denota un liderazgo del país. Dentro de las 45 economías de su tamaño, ocupa la posición 17, un lugar intermedio alto que evidencia capacidad para competir con pares de mayor PIB per cápita como Grecia o Hungría. Y finalmente en la categoría de ingreso Colombia se encuentra en el cuartil superior, lo que ratifica que la infraestructura de la calidad tiene un desempeño mayor al esperado.

Ilustración 1 Puntaje General y posición de Colombia en el QI4SD 2024 por criterios.

Tabla 1: Construcción Propia basado en el QI4SD

Entre los resultados más llamativos, está el desempeño del país frente a LAC. En el Gráfico 1 se evidencia que Colombia se ubica en el tercer lugar sólo por detrás de Brasil (67,1) y México (63,9). Esta calificación la posiciona 17 puntos por encima del promedio regional (≈ 18,1) y muy por delante del resto de economías andinas —Argentina (46,8), Ecuador (45,8) y Perú (44,6)—, consolidando al país como el líder indiscutible de su subregión. En contraste, al mirar los países líderes como  Brasil y México, estas economías se impulsan por mayores escalas de producción, redes de laboratorios más extensas y una participación técnica más intensa en ISO/IEC. Para Colombia, el reto inmediato consiste en capitalizar su buena posición relativa —que combina institucionalidad robusta y políticas de calidad avanzadas— para acelerar el cierre de esas brechas, especialmente en normalización y servicios de evaluación de la conformidad, áreas en que falta mayor desarrollo.

Gráfico 1 Desempeño de Colombia en el QI4SD 2024 frente a países de Latinoamérica y el Caribe (top 10)

Fuente: Quality Infrastructure for Sustainable Development Index (QI4SD). Cálculos Coordinación de investigación para Estudios Económicos y Sociales para la Infraestructura de la Calidad – ONAC

Metrología

En el Gráfico 2 se presenta el puntaje de Colombia en el componente de metrología del Indicador QI4SD, en comparación con distintos grupos de referencia. Colombia obtuvo un puntaje total de 43,7, un valor que la sitúa por encima del promedio global (28,4), del promedio de América Latina y el Caribe (13,5), de los países del grupo “L” (27,1) y del grupo de países de ingreso medio-alto (26,3). Esta destacada posición refleja un desempeño relativamente sólido de Colombia en este componente, aunque también es importante analizar las áreas específicas que contribuyen al puntaje total para identificar fortalezas y oportunidades de mejora.

Gráfico 2 Resultados del componente de metrología para Colombia en cada criterio

Metrología

Fuente: Quality Infrastructure for Sustainable Development Index (QI4SD). Cálculos Coordinación de investigación para Estudios Económicos y Sociales para la Infraestructura de la Calidad – ONAC

Este componente evalúa el grado de desarrollo e integración de los sistemas nacionales de metrología en el contexto internacional. A continuación, se describen los aspectos considerados y el desempeño específico de Colombia en cada uno.

Uno de los aspectos evaluados es la participación en los comités consultivos del Comité Internacional de Pesos y Medidas (CIPM). Estos comités agrupan a los institutos de metrología más avanzados del mundo y desempeñan un papel fundamental en la armonización de las mediciones a nivel internacional, la coordinación de comparaciones clave y el establecimiento de estándares. En este ítem, Colombia no registra participación, por lo que obtiene un puntaje de cero, lo que representa una oportunidad clara para fortalecer la proyección internacional del Instituto Nacional de Metrología (INM).

En contraste, Colombia obtiene una puntuación de 81 en participación en comparaciones clave y secundarias, ocupando el puesto 46 entre 155 países. Las comparaciones clave permiten validar las capacidades de medición y garantizar su equivalencia a nivel mundial, y sus resultados se registran en la base de datos del BIPM (KCDB). Las comparaciones suplementarias, por su parte, abordan mediciones no cubiertas por las comparaciones clave, especialmente a nivel regional.

El número de Capacidades de Medición y Calibración (CMCs), que reflejan los niveles de precisión y trazabilidad que un instituto puede ofrecer, es otro elemento crítico. Para obtener una CMC, es necesario participar en comparaciones, someterse a revisiones entre pares y recibir aprobación del Comité Mixto de las Organizaciones Regionales de Metrología y del BIPM (JCRB). En este indicador, Colombia obtuvo 120 puntos, ubicándose en el puesto 44 a nivel global, lo que indica un nivel aceptable de desarrollo técnico.

Sin embargo, cuando se analiza la amplitud o alcance de las CMCs, que considera la variedad de magnitudes cubiertas, los rangos de medición, la diversidad metodológica y el nivel de incertidumbre alcanzado, el resultado es más modesto. Colombia obtuvo apenas 16 puntos, ocupando nuevamente el puesto 46. Esto sugiere una necesidad de ampliar y diversificar las áreas técnicas cubiertas por el INM para mejorar la cobertura y profundidad de sus servicios.

En cuanto a la membresía en organizaciones internacionales, Colombia tiene un buen desempeño. Es Estado miembro del BIPM, lo que le otorga plenos derechos de participación, y también cuenta con membresía plena en la OIML, la organización encargada de armonizar la metrología legal a nivel internacional. Esto le permite influir en decisiones técnicas y normativas de gran relevancia.

Finalmente, en relación con la participación en el sistema de certificación OIML-CS, Colombia aparece en la posición 33 entre 155 países. Este sistema facilita el reconocimiento mutuo de instrumentos de medición aprobados, apoyando el comercio internacional y la interoperabilidad técnica. Aunque la puntuación en este indicador es categórica (y por tanto limitada en su capacidad de diferenciación), la presencia de Colombia refleja una alineación con buenas prácticas internacionales.

En suma, aunque Colombia presenta un desempeño destacado frente a sus pares regionales y de ingreso similar, el análisis revela espacios de mejora en términos de participación técnica internacional, diversificación de capacidades y cobertura técnica. Fortalecer estos aspectos permitiría no solo aumentar el puntaje global en este componente, sino también mejorar la competitividad industrial del país mediante mediciones más precisas, trazables y reconocidas internacionalmente.

Normalización

El Gráfico 3 presenta los resultados del componente de normalización del Indicador QI4SD, donde Colombia obtuvo un puntaje total de 37,2. Esta puntuación la ubica por encima del promedio global (35,9), del promedio regional de América Latina y el Caribe (25,2), y del promedio de países de ingreso medio-alto (36,3). En comparación con el grupo “L”, Colombia presenta un resultado muy cercano al promedio (37,4). Estos datos indican que, aunque Colombia no sobresale con un liderazgo contundente, sí mantiene un nivel de desempeño estable y por encima del promedio en todos los grupos de referencia analizados.

Gráfico 3 Resultados del componente de normalización para Colombia en cada criterio

Normalización

Fuente: Quality Infrastructure for Sustainable Development Index (QI4SD). Cálculos Coordinación de investigación para Estudios Económicos y Sociales para la Infraestructura de la Calidad – ONAC

Este componente evalúa la solidez del sistema nacional de normalización, su alineación con estándares internacionales y la participación del país en los procesos globales de desarrollo normativo. A continuación, se explican los principales aspectos considerados en esta evaluación y el desempeño de Colombia.

Uno de los criterios centrales es la participación en comités técnicos internacionales de la Organización Internacional de Normalización (ISO) y de la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC). Estos espacios son fundamentales para influir en la elaboración de normas que definen especificaciones técnicas globales para productos, procesos y servicios. Colombia ha tenido una participación activa en estos comités, lo que evidencia un compromiso con la estandarización internacional y una capacidad para representar intereses nacionales en estos espacios.

También se considera el porcentaje de adopción de normas internacionales como normas nacionales. Este aspecto es clave para asegurar la compatibilidad técnica con otros mercados y reducir las barreras técnicas al comercio. Colombia ha mostrado un buen nivel de adopción, lo que contribuye positivamente a la integración del país en cadenas globales de valor.

El número total de normas vigentes es otro indicador importante. Una base normativa amplia y actualizada permite una mejor regulación técnica y facilita la implementación de políticas públicas en sectores estratégicos. ICONTEC, como Organismo Nacional de Normalización (ONN), ha mantenido un catálogo robusto de normas en distintos sectores, aunque todavía se identifican oportunidades para fortalecer áreas emergentes como la sostenibilidad ambiental, la economía digital y la inteligencia artificial.

El análisis también incluye la estructura institucional de la normalización nacional, evaluando aspectos como la existencia de un ONN formalmente reconocido, su membresía en organismos regionales e internacionales, y su adhesión a principios de gobernanza como apertura, transparencia, equilibrio y consenso. En este sentido, Colombia cuenta con una estructura sólida, reconocida internacionalmente, y con trayectoria en la coordinación de procesos normativos multisectoriales.

Otro aspecto evaluado es la disponibilidad pública de las normas vinculadas a reglamentación técnica y seguridad, en concordancia con principios de acceso universal. Aunque existen mecanismos para la consulta de normas técnicas obligatorias, persisten retos importantes en cuanto a la accesibilidad y el costo de las normas voluntarias, especialmente para pequeñas y medianas empresas y actores del sector informal.

En síntesis, la puntuación de 37,2 alcanzada por Colombia refleja una base institucional consolidada en materia de normalización, así como una participación técnica internacional sostenida. El país se posiciona por encima de la media en todos los grupos de comparación, aunque ligeramente por debajo de algunos países de su grupo estructural. Fortalecer la adopción estratégica de normas en sectores emergentes, mejorar la participación directa de expertos nacionales en comités internacionales, y avanzar hacia modelos de acceso más abierto a la información normativa, son pasos clave para seguir avanzando en esta dimensión.

Al igual que en metrología, este componente resulta fundamental para la competitividad del aparato productivo, el cumplimiento de estándares internacionales, y la implementación efectiva de políticas de calidad en el marco del proceso de reindustrialización.

Acreditación

El Gráfico 4 muestra que Colombia alcanzó una puntuación de 79,4 en el componente de acreditación, muy por encima del promedio global (58,9), del promedio regional de América Latina y el Caribe (27,7), del promedio del grupo de países “L” (52,8) y del promedio de países de ingreso medio-alto (53,6). Esta diferencia sustancial con respecto a todos los grupos de comparación posiciona a Colombia como uno de los líderes regionales y estructurales en materia de acreditación, reflejando un sistema maduro, reconocido y funcional.

Gráfico 4 Resultados del componente de acreditación para Colombia en cada criterio

Acreditación

Fuente: Quality Infrastructure for Sustainable Development Index (QI4SD). Cálculos Coordinación de investigación para Estudios Económicos y Sociales para la Infraestructura de la Calidad – ONAC

Este componente del indicador QI4SD evalúa la existencia, solidez, nivel de reconocimiento internacional y alcance operativo del sistema nacional de acreditación. En el caso colombiano, los resultados evidencian una trayectoria institucional consolidada y una articulación efectiva con redes internacionales, lo cual es esencial para garantizar la confianza en los certificados y resultados emitidos por los Organismos de Evaluación de la Conformidad (OEC) acreditados en el país.

Uno de los aspectos más relevantes es la existencia de un organismo nacional de acreditación que funcione bajo los principios establecidos por la norma ISO/IEC 17011, con reconocimiento formal y operaciones activas. En Colombia, el Organismo Nacional de Acreditación de Colombia (ONAC) cumple con estos requisitos y ha sido evaluado y reconocido internacionalmente.

La membresía activa en foros y organizaciones internacionales de acreditación, como la Cooperación Interamericana de Acreditación (IAAC), la Cooperación Internacional de Acreditación de Laboratorios (ILAC) y el Foro Internacional de Acreditación (IAF), también es considerada. Colombia no solo es miembro pleno de estas organizaciones, sino que también ha logrado el reconocimiento multilateral (MLA/MRA), lo cual significa que los certificados y resultados emitidos por organismos acreditados por ONAC son aceptados internacionalmente sin requerir reevaluaciones, lo que facilita el comercio y la integración internacional.

Otro aspecto evaluado es la cobertura del sistema de acreditación, es decir, la cantidad y diversidad de esquemas acreditados y de organismos acreditados. En este punto, Colombia ha mostrado una expansión constante en el número de servicios cubiertos, incluyendo ensayos, calibraciones, inspecciones, certificaciones de productos, sistemas de gestión, personas, y más recientemente, servicios relacionados con sostenibilidad, comercio electrónico y digitalización.

Además, se considera la transparencia y accesibilidad del sistema de acreditación, incluyendo la disponibilidad pública de información sobre los organismos acreditados, sus alcances, y los procedimientos para obtener acreditación. En este aspecto, Colombia cuenta con plataformas en línea, sistemas de búsqueda y mecanismos de retroalimentación, que fortalecen la confianza en el sistema.

En conjunto, el puntaje de 79,4 refleja un sistema de acreditación maduro, con altos estándares técnicos, buena gobernanza institucional y reconocimiento global. El liderazgo regional de Colombia en este componente es evidente, y su posicionamiento también es competitivo a nivel internacional, incluso frente a países de mayor ingreso.

Sin embargo, mantenerse en esta posición requiere consolidar avances en áreas emergentes como la acreditación de servicios digitales, ciberseguridad, huella de carbono y sostenibilidad, así como ampliar la cobertura territorial de los servicios acreditados y facilitar el acceso de MIPYMES a esquemas de acreditación que impulsen su competitividad.

Este componente es clave para respaldar la confianza en la infraestructura de la calidad nacional, facilitar el acceso a mercados internacionales y asegurar que los productos, servicios y procesos colombianos cumplan con estándares verificables y aceptados globalmente.

Evaluación de la conformidad

La imagen ilustra el desempeño de Colombia en el componente de evaluación de la conformidad, en el cual el país obtuvo un puntaje de 29,5. Este resultado lo ubica muy por encima del promedio global (15,1), del promedio regional de América Latina y el Caribe (8,7), del grupo de países “L” (15,5), y de los países de ingreso medio-alto (15,7). Estas diferencias reflejan una notable ventaja relativa de Colombia frente a sus pares, y una infraestructura de evaluación de la conformidad significativamente más robusta en comparación con su contexto regional y de ingreso.

Gráfico 5 Resultados del componente de evaluación de la conformidad para Colombia en cada criterio

Evaluación de la Conformidad

Fuente: Quality Infrastructure for Sustainable Development Index (QI4SD). Cálculos Coordinación de investigación para Estudios Económicos y Sociales para la Infraestructura de la Calidad – ONAC

Este componente mide el nivel de desarrollo, capacidad operativa y disponibilidad de servicios de evaluación de la conformidad en un país, es decir, los mecanismos mediante los cuales se asegura que productos, procesos, sistemas o personas cumplen con requisitos establecidos en normas o reglamentos técnicos.

Uno de los aspectos fundamentales en la evaluación es la disponibilidad de Organismos de Evaluación de la Conformidad (OEC) para realizar ensayos, inspecciones, certificaciones, verificaciones, calibraciones y otros servicios técnicos especializados. En este punto, Colombia cuenta con una red amplia y diversificada de OEC acreditados, con cobertura sectorial en áreas como salud, agroindustria, energía, alimentos, construcción y más recientemente en sostenibilidad y ciberseguridad. Esto se ha logrado en gran medida gracias al impulso dado desde el sistema nacional de calidad y al trabajo articulado con el Organismo Nacional de Acreditación (ONAC).

Además, se valora la disponibilidad territorial de estos servicios, es decir, qué tan accesibles son en distintas regiones del país. Aunque todavía existen desafíos para garantizar una cobertura equitativa en zonas apartadas o menos industrializadas, el país ha avanzado en la descentralización de laboratorios y organismos certificadores, lo cual favorece la inclusión productiva y la competitividad regional.

Otro elemento clave del componente es la capacidad técnica e infraestructura instalada de los OEC. Esto incluye la disponibilidad de personal calificado, equipamiento adecuado, procedimientos documentados y cumplimiento de buenas prácticas. En este sentido, Colombia presenta un ecosistema profesionalizado, con un número creciente de técnicos y profesionales formados en evaluación de la conformidad, así como iniciativas de fortalecimiento institucional que apuntan a mejorar la calidad y confiabilidad de los servicios prestados.

Se consideran también los mecanismos de reconocimiento mutuo o aceptación internacional de los resultados emitidos por los OEC, que resultan esenciales para el comercio exterior. Gracias a la acreditación otorgada por ONAC, muchos OEC colombianos gozan de reconocimiento internacional, lo que permite que sus informes, certificados o resultados sean aceptados en mercados clave sin necesidad de nuevas evaluaciones, facilitando así las exportaciones.

En resumen, el puntaje de 29,5 alcanzado por Colombia refleja un sistema de evaluación de la conformidad sólido, técnicamente competente y alineado con buenas prácticas internacionales. El país no solo supera por amplio margen a sus pares regionales y estructurales, sino que se perfila como un referente latinoamericano en la materia.

No obstante, mantener este liderazgo requiere continuar avanzando en la expansión territorial, en el reconocimiento de nuevos esquemas emergentes (como huella de carbono, servicios digitales, inteligencia artificial y economía circular), y en la reducción de barreras de acceso para que las micro, pequeñas y medianas empresas puedan beneficiarse de servicios de evaluación de la conformidad con menores costos y mayor orientación técnica.

Este componente es crítico para el aseguramiento de la calidad de los productos y servicios nacionales, el cumplimiento regulatorio y la consolidación de la confianza en los mercados interno y externo.

Conclusiones

Colombia exhibe una infraestructura de la calidad globalmente sólida y con claros signos de liderazgo regional: su puntaje de 55,4 sobre 100 en el QI4SD 2024 la ubica en la posición 36 entre 155 economías, tercera en América Latina y el Caribe y en el cuartil superior de su categoría de ingreso medio-alto. Este desempeño confirma que, aun siendo una economía emergente, el país dispone de instituciones y servicios capaces de respaldar la política industrial, facilitar el comercio y contribuir de forma tangible a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, el retrato también evidencia brechas específicas que demandan acción coordinada para consolidar los avances y acelerar la convergencia con los referentes mundiales.

En metrología, la ausencia de Colombia en los comités consultivos del CIPM y el alcance todavía limitado de las CMC contrastan con la alta participación en comparaciones clave y la membresía plena en BIPM y OIML. Para captar el valor agregado que estas redes ofrecen —desde transferencia de conocimiento hasta reconocimiento de resultados— se requiere una estrategia que fortalezca el Instituto Nacional de Metrología, amplíe la cartera de magnitudes cubiertas y eleve la sofisticación de los laboratorios nacionales. De forma complementaria, la formación de talento especializado y la financiación de equipos de alta exactitud reforzarían la capacidad de respuesta a sectores intensivos en tecnología, esenciales para la reindustrialización verde y digital.

En normalización, la participación activa de ICONTEC en ISO e IEC y el buen nivel de adopción de normas internacionales posicionan al país por encima de los promedios mundiales y regionales, pero queda terreno por recorrer en la creación y actualización de documentos técnicos para sectores emergentes como inteligencia artificial, economía circular y ciberseguridad. Incrementar la presencia de expertos colombianos en comités internacionales, reducir barreras de acceso —en especial para mipymes y la academia— y alentar la adopción temprana de estándares voluntarios en políticas públicas ampliaría el impacto de la normalización en la productividad y la innovación.

El componente de acreditación sobresale con 79,4 puntos, muy por encima de todos los grupos de comparación, lo que refleja la madurez institucional de ONAC, su reconocimiento multilateral y la amplitud de esquemas acreditados. Este liderazgo, no obstante, debe reforzarse frente a nuevos desafíos: acreditación para servicios digitales y de sostenibilidad, expansión territorial hacia regiones menos atendidas y programas diferenciales que hagan más accesibles los procesos para pequeñas empresas. La consolidación de esos frentes permitiría irradiar confianza a toda la cadena de evaluación de la conformidad y, al mismo tiempo, potenciar la inserción de proveedores colombianos en cadenas globales.

En evaluación de la conformidad, el país duplica holgadamente los promedios mundiales, regionales y de ingreso, gracias a una red diversa de laboratorios, organismos certificadores e inspectores con reconocimiento internacional. El siguiente paso exige profundizar la descentralización geográfica, agilizar la adopción de esquemas emergentes —huella de carbono, ciberseguridad, inteligencia artificial— y articular mejor la oferta de servicios con los retos de descarbonización y transformación digital que enfrentan los sectores productivos. Reducir costos y tiempos para las mipymes, mediante programas de orientación técnica y financiamiento, aumentaría el volumen de productos y servicios colombianos que acceden a mercados exigentes.

En conjunto, los resultados evidencian que la fortaleza principal de Colombia radica en la gobernanza y el reconocimiento internacional de su sistema de acreditación, lo que ofrece un punto de apoyo para dinamizar las demás dimensiones. Si el país logra traducir ese capital institucional en mayor profundidad metrológica, normalización más estratégica y servicios de evaluación de la conformidad aún más inclusivos, podrá cerrar las brechas que lo separan de economías de alto desempeño, mejorar la productividad interna y reforzar su posición como socio confiable en las cadenas de valor globales. Articular estas prioridades con la agenda de reindustrialización y con los compromisos climáticos permitiría que la infraestructura de la calidad se consolide como palanca crítica de desarrollo sostenible, capaz de impulsar simultáneamente el bienestar de las personas, la protección del planeta y la prosperidad económica.

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